Mujeres en la ciencia

Las mujeres y las niñas desempeñan un papel fundamental en las comunidades científicas y tecnológicas y su participación debe fortalecerse, asegura la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

A lo largo de la historia, muchas científicas han dedicado su vida a la investigación y han logrado importantes avances, reconoce el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Una buena ocasión para reconocer su labor es el Día Internacional de la Mujer, que se conmemora el 8 de marzo.
MUJERES IMPORTANTES EN LA CIENCIA

1. Caroline Herschel
Nacida en Alemania, Caroline (1750-1848) era asistente de su hermano William, quien era astrónomo y construía telescopios. Mientras trabajaba con él, descubrió nuevas nebulosas y cúmulos de estrellas.
Entre sus aportes a la ciencia, Herschel fue la primera mujer en descubrir un cometa, la primera dama cuyo trabajo fue publicado por la sociedad científica Royal Society y la primera británica en obtener un salario por realizar trabajo científico, indica Acnur.
En 1783 esta científica descubrió tres nuevas nebulosas (nubes brumosas donde se forman las estrellas) y, entre 1786 y 1797, descubrió ocho cometas, agrega la NASA.
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2. Ada Lovelace
Aunque vivió entre los años 1815 y 1852, esta mujer es considerada la primera programadora de ordenadores de la historiay la persona que inició el sistema informático que conocemos en la actualidad, señala el organismo de las Naciones Unidas.
Concretamente, desarrolla Acnur, Lovelace era colega de Charles Babbage (un matemático y científico británico) con quien trabajó en la calculadora denominada máquina analítica. Entre sus notas sobre este aparato se encontró el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina.
En su honor, el Departamento de Defensa de Estados Unidos llamó "Ada" a un lenguaje de programación.
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3. Marie Curie
Marie Curie (1867 – 1934) fue una física y química polaca pionera en el estudio de la radiación. Sus investigaciones la llevaron a descubrir dos elementos radiactivos: el radio y el polonio.
De acuerdo con ONU Mujeres, Curie sentó las bases para la ciencia nuclear moderna, desde los rayos X hasta la radioterapia para el tratamiento del cáncer.
Además, fundó un instituto de investigación médica en Varsovia e inventó unidades móviles de rayos X que ayudaron a más de un millón de soldados heridos en la Primera Guerra Mundial.
Por sus aportes recibió dos premios Nobel y se convirtió en la primera mujer en hacerse de este reconocimiento y en la primera persona en ganar dos premios Nobel en distintas ciencias (en Física en 1903 y en Química en 1911).
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4. Lise Meitner
Fue una física sueca de origen austriaco que vivió entre los años 1878 y 1968. Junto con su compañero de investigación, Otto Hahn, trabajó en el estudio de elementos radiactivos.
Según Acnur, Meitner calculó la energía liberada en la fisión nuclear y acuñó dicho término. A pesar de su aporte, fue Hahn quien ganó un Premio Nobel por este descubrimiento, mientras que Meitner no fue tomada en consideración por el Comité del galardón.
5. Rosalind Franklin
Desde muy joven, Rosalind Franklin (1920-1958) supo que quería dedicarse a la ciencia y se doctoró en Química en la Universidad de Cambridge. Esta científica logró hacer una fotografía que mostraba la doble hélice del ADN,señala la organización Acnur.
"Otro investigador del mismo laboratorio, Maurice Wilkins, mostró la imagen a dos compañeros y juntos publicaron el descubrimiento en la revista Nature. En 1962, estos tres investigadores recibieron el Premio Nobel por el descubrimiento de la doble hélice del ADN, pero Franklin había fallecido cuatro años antes por cáncer de ovario", explica el Alto Comisionado.
Mi Opinión: La Violencia Contra las Mujeres en la Ciencia y la Urgencia de un Cambio
La violencia que enfrentan las mujeres en la ciencia es un reflejo de una problemática mucho más profunda: la desigualdad de género arraigada en la sociedad. A lo largo de la historia, las científicas han sido invisibilizadas, sus descubrimientos atribuidos a sus colegas masculinos y sus capacidades constantemente puestas en duda. Este no es un problema del pasado, sino una realidad que sigue afectando a miles de mujeres que buscan abrirse camino en campos como la física, la biología, la ingeniería o la tecnología.
Uno de los mayores obstáculos que enfrentan es el llamado "techo de cristal", esa barrera invisible que limita su acceso a los más altos cargos dentro de la academia y la industria. No es casualidad que, aunque muchas mujeres estudien carreras científicas, pocas lleguen a ocupar puestos de liderazgo. Esto no es porque carezcan de talento o dedicación, sino porque el sistema sigue favoreciendo a los hombres, ya sea mediante redes de contacto excluyentes, desigualdad salarial o estereotipos que les dificultan el acceso a oportunidades clave.
Además, está la violencia simbólica y psicológica que enfrentan a diario. Desde comentarios condescendientes hasta la falta de reconocimiento de su trabajo, muchas científicas viven en un ambiente hostil que las desmotiva y, en muchos casos, las hace abandonar sus carreras. Incluso en entornos académicos y laborales supuestamente progresistas, las mujeres denuncian acoso sexual, discriminación y microagresiones que hacen que su avance profesional sea mucho más difícil que el de sus colegas hombres.
Pero a pesar de estos desafíos, las mujeres han logrado avances extraordinarios en la ciencia. Desde Marie Curie, quien desafió los prejuicios de su época para ganar dos premios Nobel, hasta las científicas actuales que lideran investigaciones en cambio climático, biotecnología e inteligencia artificial, su contribución ha sido fundamental. Sin embargo, la falta de visibilidad y reconocimiento sigue siendo un problema. Muchas de sus investigaciones reciben menos financiamiento, sus nombres son menos citados en estudios y, en general, su trabajo es menos valorado en comparación con el de sus colegas masculinos.
Es urgente un cambio. Necesitamos más mujeres en la ciencia, no solo porque es una cuestión de justicia, sino porque la diversidad en la investigación científica genera mejores resultados. Cuando se incluyen diferentes perspectivas, se abordan problemas de manera más integral y se encuentran soluciones más innovadoras. Para lograrlo, es fundamental que las instituciones científicas implementen políticas de equidad real, que se sancione el acoso y la discriminación, y que se generen espacios donde las niñas y jóvenes interesadas en la ciencia se sientan motivadas y respaldadas.
Si queremos que la ciencia avance y beneficie a toda la humanidad, debemos asegurarnos de que todas las mentes brillantes tengan las mismas oportunidades para contribuir, sin importar su género. No se trata de un favor ni de una cuota simbólica, sino de reconocer el valor de las mujeres en la ciencia y garantizar que su talento no siga siendo desperdiciado.
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Mi índice como mujer en la ciencia
En realidad, no me considero todavía una mujer de la ciencia, pero estoy convencida de que algún día formaré parte de la comunidad científica de mujeres. Siempre he soñado con hacer una gran aportación a la humanidad, y soy consciente de que para lograrlo debo esforzarme mucho y dar lo mejor de mí. Sé que el camino no es fácil, pero estoy dispuesta a trabajar arduamente para destacar en mi campo profesional y alcanzar ese objetivo.